En este artículo podrás leer, analizar y compartir las mejores frases de John Wesley.
John Wesley, fue un clérigo, teólogo y evangelista inglés que lideró un movimiento de avivamiento dentro de la Iglesia de Inglaterra conocido como Metodismo. Las sociedades que fundó se convirtieron en la forma dominante del movimiento metodista independiente que continúa hasta nuestros días.
Educado en Charterhouse y Christ Church, Oxford, Wesley fue elegido miembro del Lincoln College de Oxford en 1726 y fue ordenado sacerdote anglicano dos años después. Dirigió el “Holy Club”, una sociedad formada con el propósito de estudiar y buscar una vida cristiana devota; había sido fundado por su hermano Charles y contaba a George Whitefield entre sus miembros. Después de un ministerio fallido de dos años en Savannah en la Colonia de Georgia, Wesley regresó a Londres y se unió a una sociedad religiosa dirigida por cristianos moravos. El 24 de mayo de 1738 experimentó lo que se ha dado en llamar su conversión evangélica, cuando sintió su “corazón extrañamente calentado”. Posteriormente dejó a los moravos, comenzando su propio ministerio.
Un paso clave en el desarrollo del ministerio de Wesley fue, como Whitefield, viajar y predicar al aire libre. En contraste con el calvinismo de Whitefield, Wesley abrazó las doctrinas arminianas. Moviéndose por Gran Bretaña e Irlanda, ayudó a formar y organizar pequeños grupos cristianos que desarrollaron una responsabilidad intensiva y personal, discipulado e instrucción religiosa; lo más importante, nombró evangelistas itinerantes y no ordenados para cuidar a estos grupos de personas. Bajo la dirección de Wesley, los metodistas se convirtieron en líderes en muchos asuntos sociales de la época, incluida la reforma penitenciaria y la abolición de la esclavitud.
Aunque no era un teólogo sistemático, Wesley abogó por la noción de perfección cristiana y contra el calvinismo, y, en particular, contra su doctrina de la predestinación. Sostuvo que, en esta vida, los cristianos podían alcanzar un estado en el que el amor de Dios “reinara en sus corazones”, dándoles santidad externa. Su evangelicalismo, firmemente basado en la teología sacramental, sostuvo que los medios de gracia eran la manera en que Dios santifica y transforma al creyente, alentando a las personas a experimentar a Jesucristo personalmente. Las enseñanzas de Wesley, conocidas colectivamente como teología wesleyana, continúan apuntalando la doctrina de las Iglesias Metodistas.
A lo largo de su vida, Wesley permaneció dentro de la Iglesia establecida de Inglaterra, insistiendo en que el movimiento metodista estaba bien dentro de su tradición. En su ministerio temprano, a Wesley se le prohibió predicar en muchas iglesias parroquiales y los metodistas fueron perseguidos; más tarde se hizo ampliamente respetado y, al final de su vida, había sido descrito como “el hombre más amado de Inglaterra”. En 2002, fue colocado en el número 50 en la encuesta de la BBC de los 100 mejores británicos.
Las mejores frases de John Wesley.
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71
“Quien va a reinar con Cristo en el cielo, debe tener a Cristo reinando en él en la tierra”.
— John Wesley
Conoce más sobre de este gran hombre de Dios en el siguiente video.
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56
“El descuido de la oración, es un gran obstáculo para la santidad”.
— John Wesley
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53
“Cuando tengo dinero, me deshago de él rápidamente, para que no encuentre un lugar en mi corazón”.
— John Wesley
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51
“Dadme cien predicadores que no teman más que a el pecado y desean nada más que a Dios, y no me importa si son clérigos o sin profesión, sólo ellos sacudirán las puertas del infierno y establecerán el Reino de los Cielos en la Tierra”.
— John Wesley
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48
“Lo que una generación tolera, la otra generación lo abraza”.
— John Wesley
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45
“La Iglesia recluta personas que han sido almidonadas y planchadas antes de ser lavadas”.
— John Wesley
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37
“No tienes nada que hacer sino el salvar almas. Por lo tanto pasa y se gastado en este trabajo. E ir no sólo a los que te necesitan, sino a aquellos que más te necesitan. No es asunto de predicar tantas veces, y cuidar de la sociedad esto o aquello, sino de salvar tantas almas como sea posible, y a traer como muchos pecadores como sea posible al arrepentimiento”.
— John Wesley
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35
“La limpieza está en realidad al lado de la santidad”.
— John Wesley
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35
“¡Ten cuidado de no estar absorbido en los libros! Una onza de amor vale más que una libra de conocimiento”.
— John Wesley
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33
“No es ninguna maravilla de que al diablo no le gusta la predicación al aire libre. Yo tampoco, me encanta una habitación cómoda, un cojín suave y un hermoso púlpito. Pero, ¿Dónde está mi celo y mi fervor si no pisoteo todo esto bajo los pies para salvar un alma más?”.
— John Wesley
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33
“Mi terreno es la Biblia. Sí, soy un fanático de la Biblia. La sigo en todas las cosas, ya sean grandes o pequeñas”.
— John Wesley
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32
“Cada uno, puede que haya nacido de Dios en un instante, pero sin embargo crece lentamente y gradualmente”.
— John Wesley
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30
“Pasión y prejuicio gobiernan el mundo, solamente bajo el nombre de la razón”.
— John Wesley
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30
“Cuando un hombre llega a ser Cristiano, se convierte en trabajador, confiable y próspero. Ahora, si ese hombre cuando consigue todo lo que puede y ahorra todo lo que puede, y no da todo lo que puede, tengo más esperanzas por Judas Iscariote que por ese hombre”.
— John Wesley
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26
“La persona que soporta y sufre las maldades con humildad y silencio, es la suma de un cristiano”.
— John Wesley
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25
“Una serie de opiniones no constituye más fe que una sarta de cuentas constituye a la santidad”.
— John Wesley
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25
“Dios entierra a sus obreros, pero Él continúa en Su trabajo”.
— John Wesley
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24
“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico se deshaga de su confianza en las riquezas”.
— John Wesley
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21
“Yo deseaba a tantos como fuese posible para unirse en ayuno y oración, para que Dios restaurara el espíritu de amor y de templanza para los pobres e ilusos rebeldes en los Estados Unidos”.
— John Wesley
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20
“La justificación de la fe implica, no sólo una evidencia divina o convicción de que ‘Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo’, sino una confianza segura y la confianza de que Cristo murió por mis pecados, que Él me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
— John Wesley