En este artículo podrás leer, analizar y compartir las mejores frases de Jonathan Edwards.
Jonathan Edwards nació el 5 de octubre de 1703 en East Windsor, Connecticut. En lo que en ese momento eran las colonias británicas en América.
Durante su vida se desempeñó como predicador renacentista, filósofo y teólogo protestante congregacionalista norteamericano. Edwards es ampliamente considerado como uno de los teólogos filosóficos más importantes y originales de la historia de los Estados Unidos. El trabajo teológico de Edwards tiene un alcance amplio, pero se basó en la teología reformada, la metafísica del determinismo teológico y la herencia puritana.
Estudios recientes han enfatizado cuán profundamente Edwards basó el trabajo de su vida en las concepciones de belleza, armonía y adecuación ética, y cuán central fue la ilustración en su mentalidad. Edwards desempeñó un papel fundamental en la formación del Primer Gran Despertar, y supervisó algunos de los primeros avivamientos en 1733–35 en su iglesia en Northampton, Massachusetts. Su trabajo teológico dio lugar a una escuela distinta de teología conocida como la teología de Nueva Inglaterra.
Edwards pronunció el sermón “Pecadores en manos de un Dios airado”, un clásico de la literatura estadounidense primitiva, durante otro renacimiento en 1741, luego de la gira de George Whitefield por las Trece Colonias.
Edwards es conocido por sus numerosos libros, El fin por el cual Dios creó el mundo, La vida de David Brainerd, que inspiró a miles de misioneros a lo largo del siglo XIX, y Afectos religiosos, que muchos evangélicos reformados todavía leen hoy.
Edwards murió el 22 de marzo de 1758 por la una inoculación de viruela poco después de comenzar la presidencia en el Colegio de Nueva Jersey (Princeton). Fue el abuelo de Aaron Burr, tercer vicepresidente de los Estados Unidos.
Las mejores citas o frases de Jonathan Edwards
“Todo lo que decimos será inútil, si no se confirma por lo que hacemos”.
— Jonathan Edwards
“Oh pecador…¿puedes dar una razón por la cual desde que te levantaste esta mañana Dios no te ha fulminado?”
— Jonathan Edwards
“La felicidad de la criatura consiste en el gozo en Dios, en la cual también Dios es magnificado y exaltado”.
— Jonathan Edwards
“No trates de obtener conocimiento con el fin de debatir a otros, sino con el deseo de glorificar a Dios y de alimentar tu alma”.
— Jonathan Edwards
“Cuando miro para dentro de mi corazón y veo mi iniquidad, él parece un abismo infinitamente más profundo que el propio infierno”.
— Jonathan Edwards
“Existen personas que están llenas de conocimiento, pero vacías de piedad y amor”.
— Jonathan Edwards
“Prefiero ser plenamente comprendido por diez que ser admirado por diez mil”.
— Jonathan Edwards
“Muchos oran con sus labios, por aquello por lo que sus corazones no sienten ningún deseo”.
— Jonathan Edwards
“Tú no contribuyes en nada a tu salvación, excepto el pecado que la hizo necesaria”.
— Jonathan Edwards
“Aquel que testifica de su idea de la gloria de Dios, no glorifica a Dios tanto como aquel que testifica también de su gusto y deleite en ella”.
— Jonathan Edwards
Conoce más sobre la vida de Jonathan Edwards en este video.
“Salí a predicar con dos propuestas en mente, primero cada persona debe dar su vida a Cristo. Segundo, si alguien más le da o no su vida, yo le daré la mía”.
— Jonathan Edwards
“Dios es glorificado no solo por medio de Su gloria siendo percibida, sino por el deleite en ella”.
— Jonathan Edwards
“Ver tu propia ignorancia y ceguera es el primer paso hacia tener el verdadero conocimiento”.
— Jonathan Edwards
“La única consideración que Dios es Dios es suficiente para calmar todas las objeciones a su soberanía”.
— Jonathan Edwards
“Tomo la resolución que viviré de tal forma que hubiera deseado hacerlo cuando me muera”.
— Jonathan Edwards
“La piedad es más fácil de fingir en palabras que en hechos”.
— Jonathan Edwards
“Todos los reyes de la tierra son como langostas ante Dios; son nada y menos que nada; tanto su amor como su odio son tornados en poco. La ira del gran Rey de Reyes es tanto más terrible que la de ellos, como lo es su majestad”.
— Jonathan Edwards