A continuación, las mejores frases sobre la predicación y los predicadores, pero antes un poco de contexto.
La predicación es el ministerio más alto entregado por Dios al hombre. Se trata de proclamar las verdades de Dios al mundo, así que nunca debe tomarse con ligereza.
La predicación tiene su raíz en el Antiguo testamento cuando el Señor designa a la clase sacerdotal a través de la familia de Aarón y también llamaba a los profetas.
Aunque posteriormente los predicadores, especialmente los sacerdotes, dejaron de hacer su tarea como debían. Por esta razón Dios les llama la atención en muchos ocaciones. Como lo dice en Jeremías 3:15 “y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia”.
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo designa a los pastores u obispos y les asigna responsabilidades y cualidades que deben seguir como en Filipenses 1:1, 1 Timoteo 3:2, Tito 1:7 y 1 de Pedro 2:25.
La predicación debía ser ejercida principalmente por los pastores. Así que los predicadores no solo debían ser buenos para predicar sino personas que mostraban integridad y sabiduría.
La predicación a través de la historia ha sido el ministerio más importante de la iglesia, aunque no ha sido siempre valorado o atendido fielmente como debería.
A continuación te dejamos las mejores frases sobre la predicación y los predicadores de diversos autores, predicadores, pensadores y expertos de la historia y de la actualidad:
Frases sobre la predicación y los predicadores
“No somos responsables ante Dios por el alma que se salva, somos responsables del evangelio que predicamos y de la manera en que lo predicamos”.
“Quien le sirve a Dios por dinero, es capaz de servirle al diablo por un mejor salario“.
“Que el sermón principal de tu vida lo predique tu conducta”.
“Creo que Martín Lutero habría enfrentado al mismo diablo sin temor alguno; y, sin embargo, él mismo confesó que sus rodillas solían temblar cuando se levantaba a predicar. Temblaba por temor a no serle fiel a la Palabra de Dios”.
“Nada es más desastroso que un ministro predicando un evangelio adulterado a un pueblo ciego, sordo y sin discernimiento”.
“Es abominable dar a los hombres piedras en vez de panes y escorpiones en lugar de huevos, y aun así, ¡esto es justamente lo que hacen aquellos que no predican a Cristo!”