En este artículo podrás leer, analizar y compartir las mejores frases de Ulrico Zwinglio.

Ulrico Zwinglio rara vez recibe el crédito que se merece en la Reforma Protestante, pero fue contemporáneo de Martín Lutero y luchó por el cambio incluso antes que Lutero.

Zwinglio, que era un sacerdote católico en la ciudad-estado suiza de Zurich, se opuso a la venta de indulgencias, indulgencias católicas que se suponía que debían liberar el alma de una persona del purgatorio. En la teología católica, el purgatorio es un estado preliminar donde las almas van a ser limpiadas antes de entrar al cielo. Tanto Zwinglio como Lutero vieron muchos abusos en la práctica, en los que los funcionarios católicos vendieron documentos de indulgencia para recaudar dinero para la iglesia.

Años antes de que Lutero atacara las indulgencias en sus 95 Tesis, Zwinglio condenó la doctrina en Suiza. Zwinglio también criticó el uso de mercenarios suizos para servir en guerras de iglesias, lo que enriqueció a la Iglesia católica pero mató a muchos jóvenes.

Fue ordenado sacerdote católico en 1506 y se enamoró de las obras del humanista y sacerdote holandés Erasmo de Rotterdam. Zwinglio obtuvo una copia de la traducción latina del Nuevo Testamento de Erasmo y comenzó a estudiarla diligentemente. En 1519, Zwinglio predicaba sobre él con regularidad. Algunos creen que Zwinglio tuvo una especie de despertar cuando fue golpeado por la plaga en 1520. Casi un tercio de la población de Zúrich murió, pero Zwinglio sobrevivió de alguna manera. Después de recuperarse, Zwinglio luchó por una teología simple: si no se puede encontrar en la Biblia, no lo crea y no lo haga.

En 1524, Zwinglio se casó públicamente con la viuda Anna Reinhard, quien tuvo tres hijos. Zwingli dijo que se había casado con ella en 1522, pero lo mantuvo en secreto para evitar reacciones violentas; otros dijeron que solo habían estado viviendo juntos. La pareja finalmente tuvo cuatro hijos juntos. En 1525, Zurich continuó las reformas, aboliendo la misa y reemplazandola por un servicio más simple.

Las reformas de Zwinglio fueron bien recibidas en un clima en el que varios países intentaban salir del todavía poderoso control político de la Iglesia católica.

Este malestar político llevó a alianzas que enfrentaron a los cantones católicos de Suiza contra sus cantones protestantes. En 1531, los cantones católicos atacaron a la protestante Zurich, que fue abrumada y derrotada en la batalla de Kappel.

Ulrich Zwingli se había unido a las tropas de Zurich como capellán. Después de la batalla, su cuerpo fue encontrado descuartizado, quemado y contaminado con estiércol.

Pero las reformas de Zwinglio no murieron con él. Su trabajo fue continuado y ampliado por su protegido Heinrich Bullinger y el gran reformador ginebrino Juan Calvino.

Las mejores frases de Ulrico Zwinglio.

“Jesucristo es la sola cabeza de la Iglesia y su único sacerdote eterno; el papado no tiene autoridad absoluta sobre la iglesia”.

Ulrico Zwinglio


“Cristo es nuestra justificación, de lo cual se sigue que nuestras buenas obras, si son de Cristo, son buenas; pero si son nuestras, no son ni correctas ni buenas”.

Ulrico Zwinglio


“Volvamos a las fuentes”.

Ulrico Zwinglio


“El resumen del evangelio es que nuestro Señor Jesucristo, el verdadero Hijo de Dios, nos ha revelado la voluntad de Su Padre celestial, y con Su inocencia nos ha redimido de la muerte y nos ha reconciliado con Dios. Por tanto, Cristo es el único camino de salvación para todos los que han sido, son y serán”.

Ulrico Zwinglio


“Nuestra confianza en Cristo no nos vuelve perezosos, negligentes o descuidados, sino que, por el contrario, nos despierta, nos impulsa y nos activa para vivir una vida recta y hacer el bien. No hay confianza en uno mismo para comparar con esto”.

Ulrico Zwinglio


“La vida cristiana, entonces, es una batalla, tan aguda y llena de peligros que el esfuerzo no se puede relajar en ninguna parte sin perder”.

Ulrico Zwinglio


“En cuanto a la verdad, no podemos abandonarla, incluso si esto significa la pérdida de nuestras vidas, porque no vivimos para esta generación, ni para servir a los príncipes, sino para el Señor”.

Ulrico Zwinglio


“Ustedes pueden matar mi cuerpo, pero no pueden matar mi alma”.

Ulrico Zwinglio


“Me ofrezco a defender dichos artículos y estoy dispuesto a dejarme aleccionar en el caso de que yo no haya comprendido bien la Sagrada Escritura; pero cualquier corrección que se me haga ha de estar basada exclusivamente en la Sagrada Escritura”.

Ulrico Zwinglio


“Es el espíritu el que da vida, la carne para nada aprovecha”.

Ulrico Zwinglio


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